RENO, Nevada, EE.UU. (AP) — Miles de asistentes a Burning Man caminaron penosamente sobre el barro resbaladizo el sábado —muchos de ellos descalzos o con bolsas de plástico en los pies— al tiempo que las inundaciones provocadas por las tormentas arrasaban el desierto de Nevada, lo que obligó a los organizadores a cerrar el acceso vehicular para el festival de contracultura. Se instó a los juerguistas a refugiarse en el lugar y conservar alimentos, agua y otros suministros.
Las puertas del acceso a vehículos estarán cerradas durante el resto del evento, que comenzó el 27 de agosto y estaba previsto que finalizara el lunes, según la Oficina de Administración de Tierras del Departamento del Interior de Estados Unidos, que supervisa el desierto de Black Rock, donde el festival se lleva a cabo.
Se cree que más de media pulgada de lluvia cayó el viernes en el lugar del festival, ubicado a unos 177 kilómetros (110 millas) al norte de Reno, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional en Reno. Se espera al menos otro cuarto de pulgada de lluvia el domingo.
El periódico Reno Gazette Journal publicó que los organizadores comenzaron a racionar las ventas de hielo y que se había detenido todo el tráfico de vehículos en los extensos terrenos del festival, lo que dejó sin servicio a los baños portátiles.
Las autoridades aún no han dicho cuándo se espera que se abra nuevamente la entrada, y de momento se desconoce cuándo se podrá abandonar el recinto.
Las medidas se tomaron justo antes del momento culminante del evento anual —cuando se quemaría una gran efigie de madera el sábado por la noche.
Los mensajes dejados por The Associated Press el sábado por la tarde tanto para la Oficina de Administración de Tierras como para policía del condado Pershing, las agencias que cerraron la entrada, no han sido respondidos.