Chicago y otras ciudades de EEUU pasan problemas para albergar a migrantes ante la llegada del frío


CHICAGO (AP) — Cuando las primeras ráfagas de frío azotaron a Chicago, decenas de familias inmigrantes sin un lugar donde vivir fueron trasladadas de las nevadas calles de la ciudad hacia el sótano de la Iglesia Luterana del Buen Pastor, en un suburbio cercano.

La solución temporal de último momento, que se implementó alrededor de la 1 de la mañana del miércoles y que fue coordinada por voluntarios y funcionarios de los suburbios, se produjo en un momento en el que Chicago y otras ciudades han atravesado problemas para albergar a la creciente población de solicitantes de asilo antes de la llegada del invierno.

El alcalde Brandon Johnson ha propuesto instalar carpas acondicionadas para el invierno, como en Nueva York, y más refugios para albergar a los migrantes que duermen en cuarteles de policía, aeropuertos y calles. Pero voluntarios, iglesias y algunos concejales afirman que la respuesta es demasiado lenta e ineficaz.

“La buena voluntad y las obras benéficas no pueden solucionar problemas sistémicos”, dijo Annie Gomberg, quien forma parte de una red de voluntarios que coordina la entrega de comida y ropa en los cuarteles de policía. “Se trata de una falta de infraestructura y de planeación”.

Problemas similares podrían producirse a medida que empiece a azotar el clima invernal en Nueva York, que pasa dificultades para alojar a una creciente población de migrantes, y en Denver, que durante una helada reciente se vio obligado a flexibilizar sus normas en torno a cuánto tiempo pueden estar los migrantes en los albergues.

Más de 20.000 migrantes han llegado a Chicago desde el año pasado, la mayoría de ellos luego de ser enviados en autobús por el gobernador de Texas, Greg Abbott.

Más de 3.000 migrantes viven dentro de aeropuertos y cuarteles de policía mientras esperan a ser colocados en albergues, incluidas las casas de campo del distrito de parques, aunque algunos se han ido a tiendas de campaña en calles adjuntas y terrenos baldíos debido al hacinamiento. El objetivo final, según las autoridades, es conseguir vivienda permanente e independiente.

Las organizaciones de voluntarios, que han proporcionado la mayor parte de alimentos y prendas de vestir, señalan que ahora también dan recomendaciones para sobrevivir al invierno. Vestir con varias capas de ropa es un concepto nuevo para muchos de los migrantes que están acostumbrados a climas más cálidos. Las temperaturas bajaron el miércoles a unos 0 grados Celsius (30 grados Fahrenheit).

Muchos de los migrantes son oriundos de Venezuela, donde la crisis política, económica y social ha sumido en la pobreza a millones de personas. Al menos 7,3 millones de personas han abandonado la nación sudamericana, muchas de ellas poniendo su vida en peligro al realizar el peligroso viaje a pie hacia Estados Unidos.

Las tiendas de campaña donadas están cubiertas con cartón, cobijas y lonas para protegerse del frío.

La venezolana Gleicy Martínez, de 27 años, ha vivido durante tres semanas en una tienda de campaña ubicada fuera de un cuartel de la policía de Chicago junto a sus dos hijos, incluido un pequeño de 9 años que es invidente.

Rara vez salen de la tienda debido al frío. Cuando la tormenta azotó el martes, entraron al cuartel de la policía, pero estaba lleno. Caminaron a una tienda departamental cercana para calentarse un poco.

Funcionarios de la ciudad señalaron que la llegada de los migrantes es un problema heredado que están tratando de abordar.

El gobierno de Johnson ha abierto más de una decena de albergues desde que asumió el cargo en mayo. Funcionarios de la ciudad han buscado sitios para colocar tiendas de campaña para soportar el invierno, pero hay pocos detalles al respecto. Johnson cree que Chicago gastará aproximadamente 255 millones de dólares en la crisis de migrantes durante 2023.

Johnson comentó a los reporteros el miércoles que su objetivo seguía siendo colocar a los migrantes en refugios antes del invierno.

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Los reporteros de The Associated Press Melissa Perez Winder en Chicago; Jesse Bedayn en Denver, y Jake Offenhartz en Nueva York contribuyeron a este despacho.





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