Pareciera haber pocas dudas sobre quién probablemente ganará el caucus presidencial republicano en Iowa el lunes.
Pero en Iowa, lo inesperado puede ser lo esperado y una victoria no siempre es una victoria. El resultado podría moldear el futuro del Partido Republicano en un momento de transición, así como el futuro de los caucus de Iowa después de una década difícil. Podría ayudar a determinar si Nikki Haley, quien fungió como embajadora de Estados Unidos, representa un obstáculo serio para el regreso de Donald Trump al poder o si Ron DeSantis, el gobernador de Florida, se verá obligado a abandonar la contienda.
A continuación, una guía de algunos resultados posibles y lo que significan para los contendientes:
Una victoria de Trump
Todas las suposiciones que anticipan una gran noche para Trump significan que el mayor contrincante que el expresidente tendría que vencer podrían ser las expectativas y no sus dos principales rivales en las boletas, Haley y DeSantis. Trump y su campaña han puesto el listón muy alto. Trump se ha postulado como si fuera el presidente en funciones, sin siquiera debatir con sus oponentes. Sus asesores dicen que creen que puede establecer un récord para una contienda abierta si termina al menos 12 puntos por delante de su rival más cercano.
Y para Trump, eso podría ser un problema.
“Trump ha estado obteniendo alrededor del 50 por ciento en las encuestas, a veces más, a veces menos”, dijo Dennis Goldford, profesor de ciencias políticas en la Universidad Drake en Des Moines. “Si llegara al 40 por ciento, se prendería una luz amarilla intermitente. Indicaría debilidades e incertidumbre”.
Dos fuerzas podrían complicar las expectativas de Trump para la noche. Esas mismas encuestas que lo muestran camino a la victoria, las encuestas de las que se jacta en casi todos los mítines que realiza en Iowa, podrían motivar la complacencia entre sus partidarios. ¿Para qué ir a participar en un caucus —se prevé que las temperaturas el día del evento alcancen una máxima de -17 grados Celsius en algunos lugares— si Trump va a ganar de todos modos?
Y a diferencia de los caucus demócratas, esta asamblea es una votación secreta: los republicanos no tienen que ponerse de pie y divulgar su voto a sus vecinos. Eso podría ser relevante si de verdad existe el sentimiento anti-Trump oculto al que DeSantis y Haley han estado apostando.
Por supuesto, estas son solo suposiciones. Trump parece haber aprendido la lección de 2016, cuando, después de liderar las encuestas, perdió el caucus ante el senador de Texas, Ted Cruz. En esta oportunidad, ha desplegado una inmensa organización de campo y ha viajado por todo el estado de Iowa, instando a sus seguidores a votar. “Vuelve al estado una y otra vez”, dijo Jeff Angelo, exsenador estatal republicano que ahora presenta un programa conservador de entrevistas en WHO-AM. “Esta vez no lo van a dar por sentado”.
Una actuación débil por parte de DeSantis
El gobernador de Florida solía ser visto como la mayor amenaza de Trump e Iowa era el estado donde podía asumir el rol de alternativa a Trump. Pero DeSantis no ha estado a la altura de sus expectativas y el ascenso de Haley lo ha empujado a margen del escenario.
La prueba para DeSantis, a principios de esta temporada de campaña, fue si podía utilizar Iowa para establecer una contienda de dos candidatos con Trump. Ahora, está teniendo dificultades para garantizar al menos lo que siempre se esperaba que obtuviera: un sólido segundo lugar.
Los partidarios de DeSantis afirman que siguen confiando en que quedará en segundo lugar y tal vez incluso dé la sorpresa y le gane a Trump. “Si crees en las encuestas, es de esperar que quede en un sólido segundo lugar”, dijo Bob Vander Plaats, un influyente líder evangélico en Iowa que ha respaldado a DeSantis. “Si crees en lo que ves en las calles, existe la posibilidad de que pueda derrotar al expresidente en Iowa. Tiene, con diferencia, la mejor operación sobre el terreno que he visto”.
“Mucha gente está esperando escribir el obituario de DeSantis”, dijo. “Por mi parte, creo que DeSantis va a obtener buenos resultados la noche del caucus”.
Quedar en segundo lugar podría impulsar la campaña de DeSantis hacia Nuevo Hampshire. Pero un segundo lugar débil —es decir, si supera por poco a Haley o si los resultados aún están en disputa cuando se marche de Iowa— podría confirmar las preocupaciones de los republicanos sobre su atractivo político y obligarlo a dejar la contienda. ¿Y si queda en tercer lugar?
“Miren, DeSantis nos dijo que lo ha apostado todo en Iowa”, dijo Angelo. “Si terminas tercero en Iowa, no veo cómo podrías seguir en la contienda”.
Pero incluso con un segundo lugar —que su campaña llamaría una victoria— es difícil ver cómo DeSantis lo aprovecharía. Va por detrás en la mayoría de las encuestas públicas y privadas en Nuevo Hampshire. De hecho, DeSantis no es competitivo en ninguno de los próximos estados. En una entrevista reciente en NBC News, se negó a enumerar otros estados en los que podría ganar. No está poniendo mucho esfuerzo, en términos de gasto o trabajo en terreno, en ningún otro estado. Su mayor esperanza, al parecer, es que Vander Plaats esté en lo cierto y consiga una victoria inesperada sobre Trump.
Un desempeño sólido de Haley
Si Haley obtiene un sólido segundo lugar, la contienda se transformaría. Se dirigiría a Nuevo Hampshire, un estado donde Haley cuenta con un fuerte apoyo institucional, con el viento a favor, incluso después de unas semanas marcadas por tropiezos en la campaña electoral. Podría presentarse como una alternativa real para los republicanos que buscan un candidato que no sea Trump para liderar el partido en noviembre.
Además, con casi toda seguridad, sus partidarios aumentarían la presión sobre DeSantis para que se haga a un lado y permita que el partido se unifique en torno a ella. “Esa sería la historia del caucus”, dijo Jimmy Centers, veterano consultor republicano de Iowa. “Ella se convertiría en la alternativa al expresidente Trump. Y, luego, creo que el coro diría: es hora de despejar el campo para que puedan enfrentarse cara a cara”.
Si Haley termina en tercer lugar, es de suponer que DeSantis intentará sacarla de la contienda. Pero, ¿por qué habría de retirarse? Haley solo estaría avanzando hacia un territorio políticamente más amigable, ya que la campaña se trasladará primero a Nuevo Hampshire y, luego, a su estado natal, Carolina del Sur.
Si DeSantis y Haley continúan su pelea en Nuevo Hampshire, Trump será el beneficiario. “Si no hay una persona clara en segundo lugar que pueda reclamar el liderazgo del voto ‘Trump no’ en los estados siguientes, no veo dónde Trump enfrentará desafíos más adelante”, dijo Gentry Collins, un veterano líder republicano de Iowa.
¿Otra noche difícil para Iowa?
Esta ha sido una década complicada para las asambleas partidarias o caucus de Iowa. En 2012, Mitt Romney, gobernador de Massachusetts, fue declarado ganador del caucus republicano, pero 16 días después, el Partido Republicano del estado, que tenía dificultades para contar los votos perdidos, dijo que Rick Santorum, el exsenador por Pensilvania, en realidad había quedado en primer lugar.
La asamblea partidaria demócrata de 2020 se convirtió en una debacle, plagada de errores de conteo y fallos, y la brigada de periodistas que había acudido a Iowa se marchó antes de que se conocieran los resultados finales. (Pregunta rápida: ¿quién ganó la asamblea partidaria demócrata de Iowa de 2020?)
Cuando ya hay tanta desconfianza en el sistema de votación, avivada por Trump, lo último que Iowa necesita es otro conteo desordenado en el caucus. Podría decirse que eso sería malo para Iowa, pero también para el país.
“Lo que me preocupa es que pueda repetirse lo de 2012”, dijo David Yepsen, ex corresponsal político jefe del diario The Des Moines Register, quien en 2020 predijo que el fallo de ese año —que arrebató a Pete Buttigieg el impulso de su ajustada victoria— significaría el fin del caucus demócrata de Iowa.
“Hay 180.000 personas que votan en miles de instalaciones en pequeños trozos de papel que se tabulan a mano”, dijo. “El escenario más catastrófico es que haya problemas con las tabulaciones. Con todo este rumor de que el voto está amañado, creo que el país se va a sentir perturbado si los republicanos de Iowa no lo hacen bien”.